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Mostrando entradas de abril, 2016

El Juego de las Sombras

El timbre de inicio de clases acaba de sonar. Calvin baja de la camioneta tipo SUB de su padre, se despide rápidamente y emprende la carrera para evitar el castigo por llegar tarde. El camino al salón estaba casi despejado, unos cuantos estudiantes corren a sus respectivas aulas. Calvin sube un par de niveles para llegar al pabellón de cuarto grado, el salón número tres con la letra C grabada en la puerta. Calvin tuvo que tocar la puerta, pues la maestra ya se encontraba al frente hablándole a sus compañeros. Calvin espera respuesta, y por fin la maestra abre la puerta. Le pide que tome asiento después de anotarse en la lista de los retardos, una cartulina pegada en la pared del pizarrón.    Aquella lista condenaba a sus integrantes a quedarse 5 minutos dentro del salón después del toque del receso, sólo restarían veinticinco minutos para comer y jugar un rato. Podía significar poco, pero en tiempo juego 5 minutos son la diferencia entre ser el jugador estrella, o uno del montón.

Labios secos.

D esperté con la boca completamente seca, mi garganta me raspaba y no pude hacer otra cosa que levantarme de la cama. Intenté generar un poco de saliva para aliviar mi desesperación, pero no sucedió. Entré al cuarto de baño, vi mi reflejo en el espejo, mi cabello desaliñado, con una gruesa capa aceitosa, mi cara tenía una marca de lado a lado generada por la almohada. Quise ahorrarme el impulso de abrir el grifo, pero fue casi instintivo. No sucedió nada. Ni un ruido en la cañería, ni una gota, absolutamente nada. Una desesperación, similar al frenesí que uno siente al estar enamorado, en la boca del estómago, se apoderó de mí, vértigo. Quise llorar, en verdad lo intenté, pero no había más líquidos en mi cuerpo para cumplir con mis caprichos emotivos. Lo más parecido a algún líquido fue un spray para esconder el mal aliento. La sensación húmeda fue reconfortante para mi lengua.    Caminé hacia la cocina, mientras buscaba algo en el refrigerador casi vacío, me llamó la atención la ca